Adicción del Sexo Virtual #4 Principio: La determinación depende totalmente de nosotros
El Gaón de Vilna dice que lo que una persona dice que quiere, o incluso, lo que siente que quiere, no tiene ninguna relación con lo que realmente quiere. Al Yétzer Hará se le dio permiso para hacer que una persona sienta que quiere algo que realmente no quiere. Y lo mismo se cumple con lo que una persona siente que puede o no puede hacer. Esto no tiene ninguna relación con lo que en realidad puede o no puede hacer. Entonces, ¡siempre cree que vas a tener éxito aunque sientas que no vas a poder lograrlo!
El obstáculo más grande en el éxito es no creer que uno puede llegar a triunfar. El primer obstáculo para poder ganar esta batalla no se encuentra en nuestros genes, nuestra niñez o nuestro entorno. Si tú crees que puedes tener éxito y quieres hacer el esfuerzo, entonces encontrarás la manera de hacerlo. Absolutamente nada se interpone en el camino de una RATZÓN (voluntad) verdadera. En nuestro sitio en la web, se encuentran publicadas historias de recuperación, que nos muestran que aun personas en condiciones peores que la tuya han logrado liberarse de estas conductas adictivas.
Debemos verdaderamente querer salir de este Mitzráyim. Jazal dicen que aquellos que no quisieron salir de Mitzráyim murieron en la plaga de la oscuridad. Ya, al comienzo de nuestro viaje, debemos estar decididos a que nunca nos daremos por vencidos y que siempre seguiremos intentándolo, sin importar nada.
Rabí Tzadok HaKohén de Lublin escribe (Tzidkat HaTzadik 154): “¡Así como uno debe creer en HaShem, así también debe creer en sí mismo!” HaShem quiere que CREAMOS en nuestras fuerzas, nuestras capacidades y en nuestra habilidad para poder superar lo malo y alcanzar la grandeza.
Aunque sintamos que estamos trabados, la decisión está completamente en nosotros. El truco para el éxito verdadero es querer lo suficiente. Entonces, seamos sinceros con nosotros mismos. Si descubrimos que no queremos deshacernos de la lujuria por completo, entonces, debemos preguntarnos: “¿Por qué no? ¿Necesitamos realmente ir detrás de ese apetito sexual descontrolado? ¿Qué beneficio nos da?” ¡Hay tantas cosas mucho más importantes en la vida! Cuando tratamos de aferrarnos al veneno de la lujuria, estamos actuando como pequeños bebés que patalean y gritan cuando el padre les quiere quitar las pastillas de colores que son medicamentos y que ellos pensaron que eran caramelos. ¡La lujuria es un veneno! Si continuamos alimentándolo, terminará por acabar con nuestras vidas. Dejemos que nuestro Padre nos lo quite de nuestro medio.
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